15/03/2021 Fernando Ruiz-Beato 0
Según un estudio de CarrerBuilder, 1 de cada 4 trabajadores reconocía llegar tarde al trabajo al menos una vez al mes, mientras que un 12% afirmaba llegar tarde una vez a la semana. En esta entrevista con el diario Expansión comentábamos el caso de una empresa que había usado información del GPS de la tablet de un comercial para despedirle por cobrar dietas cuando en realidad estaba en su casa.
Comentábamos al hilo de esa sentencia que la geolocalización y los avances tecnológicos bien utilizados pueden ser herramientas válidas de control para el empresario y medidas disuasorias para evitar incumplimientos laborales por parte de los empleados. Sin embargo, como hemos comentado en anteriores ocasiones en el blog, el uso privado de los bienes y recursos de la empresa siempre trae numerosos quebraderos de cabeza. Basta con ver el caso de los riders de las compañías de delivery o las sentencias que confirman que obligar al empleado a aportar un móvil para desempeñar su trabajo es un abuso.
Es innegable que en plena transformación digital de las empresas y en un mercado de consumo en el que los clientes quieren recibir sus productos y pedidos lo antes posibles, las herramientas tecnológicas son el aliado perfecto para monitorizar las rutas de los repartidores, optimizar las rutas y analizar los posibles puntos de mejora en tiempo de respuesta y eficiencia.
El caso es que, lo que desde el lado de la empresa se puede ver como la necesidad de incorporar inteligencia de negocio al reparto, desde el lado de los trabajadores y repartidores se puede considerar como una vulneración de su derecho de privacidad.
En este sentido, la Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha confirmado la nulidad del llamado ‘Proyecto Tracker’ de Telepizza SAU que suponía la obligación para el trabajador con categoría de repartidor de aportar un teléfono móvil personal con conexión a Internet para usar en él aplicaciones informáticas de la empresa con el fin de facilitar su geolocalización durante el reparto. El polémico proyecto de Telepizza para monitorizar en tiempo real dónde estaban sus repartidores y cuánto tiempo tardaban en entregar sus pedidos, se ha topado con la oposición del Tribunal Supremo.
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