Google, Facebook, Apple, Amazon… Mientras que los gigantes tecnológicos no dejan de encandilar a los consumidores con sus servicios, para las autoridades fiscales el crecimiento exponencial de sus facturaciones supone un continuo quebradero de cabeza a la hora de determinar el pago de impuestos en cada país donde operan.
La Comisión Europea calcula que la evasión fiscal por parte de las empresas cuesta a los países de la UE entre 50.000 y 70.000 millones de euros anuales en ingresos perdidos. Por eso, el Parlamento quiere que las grandes multinacionales hagan público cuántos impuestos pagan y dónde, aunque acepta excepciones en caso de información comercialmente sensible.