El acuerdo alcanzado por empresarios, agentes sociales y Gobierno para prolongar los ERTEs hasta el 30 de septiembre ha sido bien recibido por todos. Pese a la inseguridad jurídica que estamos viviendo en la tramitación y aceptación de los ERTEs no deja de ser la herramienta más fácil para capear el temporal.
Lo que ocurre es que, tal y como viene ocurriendo desde el 17 de marzo cuando se anunciaron por primera vez, la publicación en el BOE del nuevo Real Decreto-ley 24/2020 de 26 de junio de medidas sociales de reactivación del empleo y protección del trabajo autónomo y de competitividad del sector industria, sigue dejando muchas dudas, incertidumbres y letra pequeña para tener en cuenta. Sobre todo, si tenemos en cuenta la lenta y larga recuperación que nos espera y que obligará a volver a negociar nuevos acuerdos y ampliaciones para esa fecha.